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¿Cómo trabajar los miedos de los niños? De 2 a 12 años
Es normal que los niños experimenten miedo en diferentes situaciones.
Es nuestra responsabilidad como padres y cuidadores ayudarles a aprender a afrontar sus miedos de forma saludable. Además, los padres también deben ser conscientes de los miedos de sus hijos y trabajar con ellos para identificar el origen de sus temores.
Comprender la psicología que subyace a los miedos de los niños puede ayudar a los padres a ayudarles a superarlos.
Por ejemplo, los niños pueden tener miedo al fracaso, a no cumplir las expectativas o a ser ridiculizados por sus compañeros; reconocer estas preocupaciones subyacentes puede ayudar a los padres a proporcionar el tipo de apoyo adecuado.
¿Qué es el miedo para los niños?
El miedo es una emoción natural y normal en los niños: forma parte de su desarrollo psicológico.
Tiene una finalidad importante: ayudar a los niños a responder adecuadamente a los peligros potenciales de su entorno. El miedo ayuda a los niños a aprender a protegerse y a sobrevivir, así como a regular sus emociones en situaciones de estrés.
Cosas que dan miedo a los niños
Los psicólogos han identificado dos tipos principales de miedo en los niños: realista e irreal.
- Los miedos realistas son los que pueden justificarse porque se basan en un peligro potencial real. Por ejemplo, los niños pueden temer que les muerda un animal o hacerse daño.
- Los miedos irreales son aquellos que los niños desarrollan sin que exista ningún peligro real. Por ejemplo, el miedo a los monstruos o a los fantasmas.
Actividades de miedo para niños
Desde una perspectiva psicológica, los niños experimentan miedo cuando se enfrentan a una situación desconocida o a una actividad que perciben como peligrosa o desagradable.
También pueden sentir miedo si carecen de la confianza y las habilidades necesarias para completar una determinada tarea.
Miedo en niños de 2 a 3 años
Para los niños de esta edad, empezar a experimentar miedos es un período común del desarrollo.
Es beneficioso porque demuestra que su sistema neurológico, que les avisa del peligro, está creciendo. Sin embargo, algunos niños que atraviesan esta etapa del desarrollo reaccionan de forma exagerada, como si tuvieran un sistema de alarma demasiado sensible que no para de sonar cuando no es necesario.
Es fundamental apoyar el crecimiento, la tolerancia al malestar y la flexibilidad de los niños hacia las cosas que los incomodan.
Es importante empezar por mostrar flexibilidad y capacidad de angustia en las actividades cotidianas.
Esto se debe al hecho de que, con frecuencia, los padres influyen involuntariamente en el comportamiento de sus hijos por la forma en que ellos mismos manejan las situaciones molestas.
Miedo en niños de 4 a 6 años
Los niños de entre 4 y 6 años pueden fingir e imaginar.
Sin embargo, no siempre son capaces de distinguir entre lo que es real y lo que no lo es. Los monstruos terroríficos que imaginan les parecen reales. Les preocupa lo que pueda haber en el armario, o debajo de la cama.
A los niños de esta edad también les pueden aterrorizar los ruidos fuertes, como fuegos artificiales o truenos.
Las cosas que ven en la televisión o leen en los libros pueden tener un impacto más o menos positivo en su imaginación.
Miedo en niños de 7 a 8 años
Los niños de siete años o más tienen menos probabilidades de sentirse aterrorizados por monstruos debajo de la cama y otras cosas irreales. Algunos niños pequeños empiezan a desarrollar miedos del mundo real a esta edad.
Les puede preocupar que haya alguien "malo" dentro de casa. A causa de tragedias naturales de las que han oído hablar, los niños pueden experimentar miedo. Les puede preocupar hacerse daño o perder a un ser querido.
El estrés de los deberes y de las clases también puede afectar a los niños en esta edad.
Miedo en niños de 9 a 12 años
A esta edad, los niños todavía están desarrollando su confianza en el mundo exterior y su capacidad para sobrevivir durante pequeños periodos de tiempo sin ti.
Su imaginación puede seguir sorprendiéndoles ocasionalmente incluso cuando se quedan solos en casa, ya que puede resultarles emocionante, aterradora o ambas cosas.
También suelen temer a la muerte, ya que son más conscientes de que podría ocurrirles a ellos, a una mascota o a un familiar querido en cualquier momento, lo que aumenta su stress.
¿Cómo trabajar el miedo en los niños?
En primer lugar, es importante ser consciente de los miedos de los niños y de cómo se manifiestan.
En segundo lugar, es importante recordar que los niños necesitan nuestro apoyo para superar sus miedos.
Es importante proporcionarles un entorno seguro y afectuoso en el que puedan expresar sus miedos sin ser juzgados.
En tercer lugar, es importante ayudar a los niños a comprender la psicología que subyace al miedo.
Por último, los niños pueden aprender a sustituir el miedo por pensamientos positivos. Mediante la repetición y el refuerzo positivo, los niños pueden aprender a pensar de forma diferente sobre lo que les da miedo.
Actividades para trabajar el miedo en los niños
Cuando se está sometido a mucho estrés, el ejercicio puede ser calmante.
Los niños pueden distraerse de su preocupación o temor corriendo, dando volteretas o participando en un juego que requiera motricidad gruesa.
¿Cómo hacer que sus niños sientan menos medio?
A los niños que expresan su miedo mediante la agresividad o el desafío, debemos enseñarles habilidades de afrontamiento saludables.
Esto puede incluir la respiración profunda, técnicas de enraizamiento y la autoconversación positiva.
También debemos ayudarles a entender que está bien sentir miedo, pero que no está bien actuar de forma agresiva o destructiva.
Conclusión
Al final, aunque el miedo es un componente natural del desarrollo del niño, puede ser peligroso si no se regula.
Para comprender las ansiedades de los niños y desarrollar mecanismos prácticos de afrontamiento, padres e hijos pueden colaborar.
Cuando se utiliza junto con el apoyo y la orientación de los padres, la terapia psicológica puede ser una técnica eficaz para ayudar a los niños a adquirir resiliencia y la capacidad de regular sus emociones.
Los niños pueden vencer sus miedos y llevar una vida plena si se les dan las herramientas adecuadas.